Como ya comenté en mi anterior entrada, una vez que has llegado a esta ubicación es muy recomendable sentarse sobre la roca para disfrutar de las vistas y dejar volar tu imaginación…
En esas estaba yo cuando fantaseé cómo sería este impresionante paisaje durante un hermoso amanecer, o cuando entre las nubes aparece un precioso arco iris o, porqué no, una vez entrada ya la noche con una inmensa luna en el horizonte iluminando el lugar…
¡Ostras!, pensé, ¿Y quién sube hasta aquí sin luz?, ¡que estamos a casi 700 metros de altura y hay que acceder subiendo por un estrecho sendero…! Bueno, reflexioné, para eso están los programas de edición, para conseguir las imágenes imaginadas sin que tengamos que arriesgarnos en exceso…
David LaChapelle dijo en una ocasión: “La gente piensa que las fotografías no mienten, pero las mías sí…”
Creo que es muy conveniente y honrado al mismo tiempo, no intentar engañar con nuestras imágenes haciendo creer que hemos hecho fotografías en unos paisajes idílicos o en instantes irrepetibles. Como LaChapelle, algunas de mis fotos en ocasiones mienten, y mucho…
Sony DSLT A77 + Sony DT 16-105 mm. f/3.5-5.6 16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/10 – 1/320 seg. – ISO 100 – Panorámica de 7 tomas con idénticos parámetros - Cielos descargados de Pixabay - Efectos creados en la edición.
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