martes, 2 de noviembre de 2021

Los mundos de Ícaro

Cuenta la mitología griega que hace muchos, muchos años, Dédalo y su hijo Ícaro se encontraban presos en la isla de Creta. A toda costa querían escapar, pero el rey Minos controlaba todas las salidas… todas menos una: el aire. 

Al darse cuenta del hecho, Dédalo, que era un arquitecto y artesano muy hábil, comenzó a trabajar en la forma de volar por encima de las murallas de la prisión y, usando plumas, hilo y cera, construyó unas alas para él y otras para su hijo. Cuando al fin las tuvo hechas, le enseñó a volar. 

El día previsto y antes de alzar el vuelo, le advirtió que no lo hiciera muy alto ya que el calor del sol podría derretir la cera que sustentaban las plumas e irremediablemente caería al vacío. 

Emprendieron el vuelo por encima de las murallas de Creta y comprobaron con gran alegría que eran libres. Tanta fue la emoción que llevó al joven Ícaro a cometer la gran imprudencia de volar demasiado alto. Tanto lo hizo que el sol terminó por fundir la cera haciendo que éstas se fueran desprendiendo poco a poco. Cuando se percató ya era demasiado tarde, cayó al mar y falleció. 

Su padre, más prudente, nunca abandonó la altura segura y, finalmente, llegó a su destino… 

Soñar, soñar mucho y volar, pero ser prudentes con vuestras decisiones… 

Datos de las tomas: 
Cámara: Sony A700 
Objetivo: Sigma 24 mm. f/2.8 macro (36 mm. eq. en FF) 
EA: Estabilizador de cámara activado 
Foto del fondo: f/22 – 1/10 seg. – ISO 400 – EA 
Foto primer plano: f/7.1 – 1/80 seg. – ISO 100 
Sombra de alas dibujadas mediante la herramienta curvas de Photoshop


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