En la mayoría de las ocasiones, cuando salgo de mi localidad, suelo llevar mi cámara y de esa forma aprovecho para echar unas cuantas fotos. Así que, en nuestro último paseo por Barbastro decidí hacerlo, pero utilizando un ultra gran angular. Y es que de vez en cuando me gusta utilizar mi Samyang 8 mm. Su ángulo de visión es tan bestia que me obliga a mirar y componer de otra forma. Aparecen tantos motivos delante de mi que es difícil organizarlos para intentar hacer una composición equilibrada, y creo que eso me ayuda, y mucho, a mejorar mi “ojo fotográfico”…
Con un ángulo de visión de 122º como, por ejemplo, piques un poco la cámara, con toda seguridad aparecerán tus pies en el encuadre (de hecho hay una toma en esta serie donde intencionadamente aparecen), pero eso mismo hace que puedas lograr fotografías ya no digo buenas, pero sí realmente impactantes.
Siendo tan angular, ya a partir de diafragmas intermedios, ofrece una gran profundidad de campo logrando gran nitidez tanto en los objetos cercanos como en los lejanos. La configuración que normalmente utilizo es un diafragma de f/11 y el punto de enfoque en 0,5 mts.; con ello consigo que de unos 25 cm. al infinito aparezca todo prácticamente enfocado.
Un ojo de pez ofrece una visión muy especial, pero en mi caso en casi todas las tomas corrijo la perspectiva para quitar/disimular la característica curvatura que ofrece ese tipo de ópticas. Hoy en día es muy sencillo hacerlo con un programa de edición o con el mismo revelador para así convertir la imagen como si se hubiera realizado con un objetivo rectilíneo.
Así con todo, la visión que os muestro en esta serie de Barbastro, creo que os resultará, cuando menos, muy diferente a lo que acostumbramos a ver…
Ubicación: Barbastro (Huesca)
Cámara: Sony DSLT A77
Objetivo: Samyang 8 mm. f/3.5 Fisheye (12 mm. eq. En FF)
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Sin corrección de perspectiva |
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Recorte en formato 1/2 |
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