Hace mucho, mucho tiempo, allá por 1511, el abad del monasterio de Veruela se encontraba en su celda rezando nerviosamente ya que esperaba un importante mensaje del papa Julio II: La autorización para maldecir a D. Pedro Manuel Ximénez de Urrea, señor de Trasmoz, y a todo su señórío.
- Esto no puede continuar así, pensaba el abad. Desde que, trescientos años antes, el arzobispo de Tarazona excomulgara a esos infieles por brujería y, nada menos que por quitarnos la leña, el bien más preciado que tenemos para conservar nuestra existencia, se han convertido en un pueblo fuera de nuestra jurisdicción, que se atreven a no pagar nuestros impuestos y, por si fuera poco, ahora nos quieren quitar el agua…
Ya estaba oscureciendo cuando, por fin, llegó el mensajero con la autorización del Papa. El abad, con una mezcla de nerviosismo y alegría, se apresuró a comunicarlo al resto de los frailes del monasterio.
Esperaron a la madrugada de ese día para proceder al rito de la maldición. Todos juntos, en la iglesia, taparon la cruz del altar con un velo negro y, mientras leían el salmo 108 una y otra vez, un toque de campana sonaba al término de cada frase para dejar constancia de ella y afianzar, de esa forma, su significado.
Frase tras frase, campanada tras campanada, pasaron toda la noche para conseguir maldecir al señor de Trasmoz, a todos sus descendientes, a todo aquello que tuviera cercano y, en definitiva, al todo el señorío.
Desde entonces, Trasmoz se convirtió en el único pueblo maldito y excomulgado de España…
No sé si la leyenda es cierta o no. De hecho he escuchado varias y todas distintas. Es más, quizás yo mismo haya podido poner mi “granito de arena” y, por supuesto sin querer, haya modificado aquella que oí... Quien sabe… Lo que sí es cierto que se citan cientos de historias de brujas, hechizos y aquelarres que se han producido en esa localidad. Incluso he oído su vinculación con Zugarramurdi.
No obstante, aún sabiendo de esas historias, nos atrevimos a visitarla. Pasamos toda una mañana deambulando por sus calles, visitando su castillo y haciendo fotos para tener un recuerdo del lugar… De momento no hemos notado que pasara nada extraño… O sí… No sé cómo, ya que no recuerdo haberlas editado, todas las fotos de esa localidad están a falta de color…
Datos de las tomas:
Cámara: Sony DSLR A700
Objetivo: Sony DT 16-105 mm. f/3.5-5.6
CE: Compensación de la exposición
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35 mm. (52 mm. eq. en FF) – f/11 – 1/80 seg. – ISO 100 – Recorte en formato 1/2
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20 mm. (30 mm. eq. en FF) – f/11 – 1/100 seg. – ISO 100 |
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17 mm. (25 mm. eq. en FF) – f/10 – 1/160 seg. – ISO 100 |
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55 mm. (82 mm. eq. en FF) – f/5.6 – 1/160 seg. – ISO 100 |
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24 mm. (36 mm. eq. en FF) – f/4.5 – 1/320 seg. – ISO 100 |
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/10 – 1/125 seg. – ISO 100 |
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17 mm. (25 mm. eq. en FF) – f/10 – 1/125 seg. – ISO 100 |
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/10 – 1/160 seg. – ISO 100 – CE: -0.3 EV |
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/10 – 1/160 seg. – ISO 100 |
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35 mm. (52 mm. eq. en FF) – f/8 – 1/160 seg. – ISO 100 |
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26 mm. (39 mm. eq. en FF) – f/11 – 1/250 seg. – ISO 100 |
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26 mm. (39 mm. eq. en FF) – f/9 – 1/100 seg. – ISO 100 |
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80 mm. (120 mm. eq. en FF) – f/10 – 1/250 seg. – ISO 100 |
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20 mm. (30 mm. eq. en FF) – f/10 – 1/200 seg. – ISO 100 |
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22 mm. (33 mm. eq. en FF) – f/10 – 1/400 seg. – ISO 100 – CE: -0.3 EV |
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/10 – 1/80 seg. – ISO 100 |
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75 mm. (112 mm. eq. en FF) – f/8 – 1/160 seg. – ISO 100 |
Bonitas fotos y bonito lugar.Te agradezco nos recuerdes una de las muchas leyendas de este pueblo, son cuando menos entretenidas. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos. Me alegra mucho que te guste y que te ayude a pasar un ratico entretenido, leyendo mi particular interpretación de una de las leyendas de ese pueblo acompañada de mis fotos. Un abrazo muy grande.
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