El reflejo es un elemento compositivo que normalmente busco y me gusta utilizar. Otorga una visión alternativa de lo que estoy viendo en ese momento y, por ello, capta de inmediato mi interés. Incluir un reflejo en nuestra fotografía, con total seguridad, nos ayudará a potenciar el atractivo de nuestra imagen.
El agua es el medio natural por excelencia del que se pueden obtener reflejos y, la verdad, no es que necesitamos mucha… En ocasiones, un simple charco o el pavimento mojado ya nos puede ayudar a incorporarlo en nuestra composición. ¿Qué no lo encuentras? Prueba a acercar el objetivo a la lámina de agua y verás como aparece el reflejo en la foto…
El pasado 8 de diciembre salí a buscarlos. Había llovido el día anterior e incluso ese día, en ocasiones, caía una suave llovizna. Era una ocasión perfecta para encontrarlos.
Decidí utilizar, como en tantas otras ocasiones, el castillo de mi pueblo como elemento principal en la composición. Me encontré con un pequeño problema que no lo había tenido en cuenta: Todos los accesos tienen una pequeña pendiente que drena el agua e impide o dificulta la creación de charcos. Los que había eran demasiado pequeños y con los pocos de mayor tamaño, no conseguía la composición que quería...
Al final, después de un buen rato, sólo conseguí un par de tomas; pero aún estaban muy lejos de lo que había salido a buscar. Me planteé otra alternativa: ¿Y si me "fabricaba" la composición que tenía en mi cabeza en la edición? Bajé la cámara a ras de suelo, compuse la escena y el resto lo hice frente al ordenador...
Datos de las tomas:
Cámaras: Sony DSLT A77
Objetivo: Sigma 24 mm. f/2.8 macro (36 mm. eq. en FF)
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f/10 - 1/160 seg. - ISO 100 |
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f/9 - 1/80 seg. - ISO 100 |
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f/11 - 1/125 seg. - ISO 100 - Charco y reflejo creado en la edición. |