No sé porqué razón creía que Avilés era una ciudad con poco encanto y con los edificios ennegrecidos debido a su actividad industrial. Nada más lejos de la realidad. Su Casco Antiguo es uno de los mejor conservados de Asturias y constituye una muestra de la arquitectura civil y religiosa desde la Edad Media hasta nuestros días.
Como veníamos de visitar Cudillero, llegamos a esta ciudad a mediodía. ¡Qué le vamos a hacer!, es la dura vida del turista… Sólo teníamos unos días para visitar Asturias y había que aprovecharlos.
Lo primero que hicimos fue recuperar fuerzas (no sé si estaré cogiendo fama de “tripero”). Lo hicimos en la Sidrería Tierra Astur, en pleno centro histórico. Un sitio altamente recomendable ya que a su calidad gastronómica se unen el trato exquisito, la decoración del local y su ubicación. Es una cadena de restaurantes que la podemos encontrar también en Colloto, Gijón y Oviedo.
Ya con la tripa llena, toca bajarla… Empezamos nuestro recorrido en la Plaza de España; el Ayuntamiento, el palacio de Ferrera y el palacio de García Pumarino conforman la misma. Seguimos por el centro histórico, formado por multitud de calles con las típicas casas norteñas con los bajos llenos de galerías porticadas y preciosas balconadas. Dos calles que no podemos perdernos: la Calle Galiana y la Calle de La Cámara, en la primera se concentran una gran cantidad de bases y restaurantes y la segunda es la vía comercial de la ciudad.
En un paseo tranquilo pudimos ver los Caños de San Francisco, la Iglesia de San Nicolás de Bari, el Palacio de Camposagrado, la muralla de la ciudad, la Iglesia de Santo Tomás de Canterbury y la Iglesia románica de Sabugo. Con total seguridad que nos dejamos cantidad de lugares interesantes por visitar…
Decidimos finalizar nuestra estancia en Avilés en el Centro Niemeyer. Es un espacio cultural proyectado por el arquitecto Oscar Niemeyer y que se divisa desde distintos puntos del entorno. Es la única obra de ese arquitecto en España. Fue inagurado en el año 2011 y lamentablemente me da la sensación de que se ha quedado un tanto grande en sus pretensiones. Pese a que se siguen realizando actividades culturales, me pareció que se encontraba en un estado de semi-abandono. Sólo pudimos ver a un grupo de jóvenes haciendo “botellón” y hasta su lugar más representativo: la torre mirador (en tiempos en su interior se ubicaba un restaurante con coktelería) estaba abandonada. Espero algún día volver a verlo en plena actividad y en mejores condiciones.
Datos de las tomas:
Cámara: Sony DSLR A700
Objetivo: Sony DT 16-105 mm. f/3.5-5.6
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/11 – 1/250 seg. – ISO 100 |
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/11 – 1/125 seg. – ISO 100 |
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/10 – 1/60 seg. – ISO 100 |
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/13 – 1/5 seg. – ISO 160 |
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/11 – 1/80 seg. – ISO 100 |
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20 mm. (30 mm. eq. en FF) – f/11 – 1/80 seg. – ISO 100 |
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20 mm. (30 mm. eq. en FF) – f/8 – 1/80 seg. – ISO 200 |
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/8 – 1/50 seg. – ISO 100 |
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24 mm. (36 mm. eq. en FF) – f/11 – 1/100 seg. – ISO 100 |
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/11 – 1/125 seg. – ISO 100 |
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/11 – 1/160 seg. – ISO 100 |
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16 mm. (24 mm. eq. en FF) – f/11 – 1/60 seg. – ISO 100 |
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