A unos 25 kilómetros de Aviles y muy cerca de Gijón y Oviedo se encuentra Cudillero, uno de los pueblos más pintorescos de toda la costa Asturiana. Si llegáis allí en coche, como nosotros, os recomendaría dejarlo en el aparcamiento del puerto, ya que las calles del pueblo son estrechas y empinadas y difícilmente encontraréis lugar para poderlo estacionar.
Como toda villa marinera, sus casas miran al mar para ver a los barcos cuando llegan. La tradición dice que las pintaban de diferentes colores para que los marineros pudieran reconocer sus casas desde el mar a su regreso. Pero sobretodo, lo que le confiere su aspecto tan original, es que las casas cuelgan sobre una abrupta herradura de acantilados alrededor del puerto.
Comenzamos nuestra visita por el "Anfiteatro", lo llaman así por la disposición de las casas que simulan palcos a diferentes alturas como si de un teatro romano se tratara. Partiendo de la Plaza de la Marina, nos adentramos en el pueblo a través de una red de callejuelas por el casco viejo. De esa forma hicimos la ruta de los miradores: El paseo al faro, La Garita, La Atalaya... Las rutas están indicadas en el suelo mediante flechas de colores. Poco a poco y cuanto más íbamos subiendo mejores vistas teníamos. Si tenéis alguna dificultad con tanta escalera y tanta callejuela hay un emplazamiento mucho más asequible: el llamado Mirador de la Garita, un lugar perfecto y accesible que nos permite unas preciosas vistas del entorno.
No nos quedamos a comer, por lo que poco podemos aportar sobre su gastronomía. Ese día lo hicimos en Avilés, pero eso ya es otra historia para una próxima entrada...
No nos quedamos a comer, por lo que poco podemos aportar sobre su gastronomía. Ese día lo hicimos en Avilés, pero eso ya es otra historia para una próxima entrada...
Datos de las tomas:
Cámara: Sony DSLR A700
Objetivo: Sony DT 16-105 mm. f/3.5-5.6
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